El atrapasueños
— Un poema sobre el duelo —
(Texto original en francés, traducción ahí abajo ↓↓↓)
Enfant de la lune, et des étoiles,
Cheveux d’ébène au teint pâle,
Ça fait longtemps que tu marches,
Que tu parcours le chemin.
N’auras-tu pas le mal du pays un matin?
On s’inquiète trop des ciels qui ne répondent pas.
Les étoiles continuent d’être,
Même si de jour, on ne les voit pas.
Les soirs d’été, on entend rire,
Son de clochette.
Sortie de nulle part, une voix espiègle:
Dors, ce soir, sois tranquille.
Cette fois c’est moi qui te regarderai dormir.
Et le mirage, c’était d’apercevoir un garçon sauter dans les jardins,
Faire signe.
N’aie pas peur,
Si tu te lèves demain,
Avec mon nom à l’intérieur.
Cette intuition,
C’était juste moi, qui, un instant,
Voulait rentrer à la maison. —
El atrapasueños
Hijo de la luna, y de las estrellas,
Cabello de ébano y tez pálida,
Hace tiempo que andas, ¿verdad?
Que recorres el camino.
¿No extrañarás tu hogar en algún momento?
Estamos demasiado pendientes de saber si los cielos responden.
Las estrellas, ahí siguen,
Aunque de día, no se ven.
En las tardes de verano,
Se oyen risas en los campos,
Como campanitas traviesas.
De la nada, se escucha:
Duérmete, esta noche, sin fingir,
Esta vez seré yo quien te mirará dormir.
Y el espejismo
Fue ver a un niño saltando en los jardines,
Haciendo señales.
No tengas miedo,
Si te levantas al alba
Con mi nombre en los labios.
Esta intuición, escucha…
Era yo, hermana,
Quien, solo por un momento,
Quiso volver a casa. —
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